¿JESUCRISTO ES TU MESÍAS O ESPERAS A OTRO?
He sido el Señor tu Dios desde que te saqué de Egipto. No debes reconocer a ningún otro Dios aparte de mí, porque no hay otro salvador. Oseas 13:4
Las profecías del Antiguo testamento hablan de la venida de un Mesías.
Mesías: Salvador enviado por Dios y anunciado por los profetas para liberar a su pueblo.
¿Jesucristo es tu Mesías o esperas a otro?
Todos nacemos con el anhelo profundo de un Salvador, un Mesías que nos libre de la opresión, la tiranía y supla nuestras necesidades más profundas.
En el Edén, Adán y Eva tenían una relación íntima con Dios y todas sus necesidades eran satisfechas.
Por la desobediencia entró el pecado y esos atributos de los que gozaban se volvieron fieras necesidades.
Nosotros venimos a este mundo caído con esas necesidades profundas y anhelando un Mesías, un Salvador.
Jesús es el Mesías prometido en el Antiguo testamento y cumplido en Nuevo. Jesús es tu salvador y mi salvador.
Porque, así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos. Romanos 5:19
¿En Cristo tus necesidades más profundas son satisfechas o estás buscando algo más que te satisfaga?
¿De qué te rescató Cristo?
De la muerte espiritual (Efesios 2:1-3), del pecado (Romanos 8:1-2, Isaías 43:25), del poder de satanás (1 Juan 3:8), de la condenación de la ley (Romanos 8:1-2), de la vida absurda (1 Pedro 1:18).
Cristo no solo te salva, si no que te provee de todo lo que necesitas para vivir como Dios manda. ¡Como Dios manda, no como tú quieres!
Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. 2 Pedro 1:3
Cristo te salva y te concede todas las cosas. Veamos algunas cosas que Dios te da:
Identidad (Romanos 8:15-16, Filipenses 3:20), poder, amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7), Provisión (1 Timoteo 6:17), Protección (Salmos 91:14), Herencia (Romanos 8:17), Deleite (Isaías 62:4), Amistad (Juan 15:15), riqueza (2 Corintios 8:9), magníficas promesas (2 Pedro 1:3).
Nosotros estábamos encarcelados, prisioneros de por vida, condenados a morir a causa del pecado; pero Cristo anuló el acta de cargos que decía “culpable”.
Nuestro Salvador abrió las puertas de la celda y puso allí un cartel que dice “inocente”, “libre de culpa” “libre de condenación”.
Esa acta de cargos fue clavada en la cruz y cuando Cristo muere en ella, dice CONSUMADO ES, TODO ESTA HECHO.
Yo soy tu Salvador no esperes a otro, eres libre.
Es tu decisión si te quedas en prisión siendo inocente, con las puestas abiertas, viendo un carcelero que ya no existe y esperando otro salvador; o sales a disfrutar de la vida nueva y abundante que Dios te da.
Si dices que Cristo es tu salvador, pero sigues en prisión esperando que venga otro a salvarte; es porque aún no sabes quién eres en Cristo, tu identidad ha sido nublada y tal vez vives una religión muerta y aburrida y aun sigues temiendo y poniendo tu esperanza en los hombres.
Oremos:
Señor Jesús reconozco que tú eres mi Salvador y en ti encuentro todo lo que necesito para vivir como tú mandas. Amén
Jesucristo es mi único Salvador y Redentor.
No estoy apartada de Dios y tampoco de mi familia, por política , acepto a cada ser humano con su libertad de pensamiento.
Dios hace todo a su tiempo bajo el sol.
Quita Reyes y pone .
Yo solo oro por sabiduría y Paz, y porque sane los corazones de los odios, y nos conceda la paz y vivir como hermanos.
Amén