Luego volvió a donde estaban sus discípulos y los encontró dormidos. «¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una hora? —le dijo a Pedro—.Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil». Mateo 26:40-41
La tentación está a la puerta. Diariamente estamos expuestos a la tentación.
LA TENTACIÓN es querer satisfacer una necesidad legitima, de manera independiente de Dios.
Por ejemplo, tenemos la necesidad de la sexualidad; somos tentados cuando queremos satisfacer esta necesidad legitima de manera independiente de Dios, por fuera de los límites establecidos por Dios.
Tenemos la necesidad de alimento, somos tentados cuando queremos satisfacer esa necesidad legitima convirtiéndola en glotonería.
Hay tres vías por medio de las cuales somos incitados a actuar de manera independiente de Dios.
Los deseos de la carne (Pasión). Tiene que ver con los apetitos físicos y su satisfacción en este mundo.
Los deseos de los ojos (Posesión). Tiene que ver con intereses egoístas que ponen a prueba la Palabra de Dios.
Vanagloria de la vida (Posición). Destaca la exaltación y el avance de uno mismo.
Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo. 1 Juan 2:16
Son exactamente las mismas vías de tentación con las que la serpiente engaño a Eva:
La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer (deseos de la carne)
Que tenía buen aspecto (deseos de los ojos)
Que era deseable para adquirir sabiduría (Vanagloria de la vida)
Eran legitimas las necesidades de Eva, sí, pero Dios les había dicho del fruto de ese árbol no comerán.
Esas tres vías de tentación son las mismas que Satanás tuvo la osadía de usar para tentar a nuestro Señor Jesucristo. Mateo 4:1-11.
La recomendación de nuestro Señor Jesucristo es: Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.
Los discípulos de Jesús se quedaron dormidos al momento de orar.
Si no estás alerta y oras, cederás a la tentación.
Porque el deseo de la carne se opone al Espíritu, y el del Espíritu se opone a la carne; y éstos se oponen entre sí para que ustedes no hagan lo que quisieran hacer. Gálatas 5:17
Este es el síndrome de la rana en la olla hirviendo.
Si una rana se pone repentinamente en agua hirviendo, saltará. pero si la rana se pone en agua tibia que poco a poco se va calentado hasta hervir, la rana no percibirá el peligro y se cocinará hasta la muerte.
Al igual que la rana si no oramos cederemos a la tentación porque el cuerpo es débil.
Cuando oramos nuestros sentidos espirituales se nutren y se agudizan para percibir el peligro.
En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual. Hebreos 5:14
La falta de oración atrae la tentación, la insistencia en la oración trae convicción y protección.
Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.
Oremos:
Amado Padre Celestial, decido caminar en el Espíritu, y te pido que agudices mi percepción espiritual para distinguir entre lo bueno y malo y ayúdame a no ceder a la tentación. Me comprometo a estar alerta y orar sin desanimarme, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén
Excelente mensaje.