Un día estaba Jesús a orillas del lago de Genesaret, y la gente lo apretujaba para escuchar el mensaje de Dios. Entonces vio dos barcas que los pescadores habían dejado en la playa mientras lavaban las redes. Subió a una de las barcas, que pertenecía a Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó, y enseñaba a la gente desde la barca.
Cuando acabó de hablar, le dijo a Simón:
—Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar.
—Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada —le contestó Simón—. Pero, como tú me lo mandas, echaré las redes.
Así lo hicieron, y recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían. Lucas 5:1-6
Aquí encontramos tres escenarios:
Primer escenario: LA PLAYA.
Donde los apóstoles están cansados, agotados, vacíos, sin nada.
Segundo escenario: ALEJADO UN POCO DE LA ORILLA
Dónde Jesús está enseñado.
Tercer escenario: en AGUAS MÁS PROFUNDAS
A dónde Jesús envía los discípulos. A Aguas más Profundas, dónde está la pesca abundante.
¿DÓNDE ESTÁ TU?
¿En la arena? ¿alejado de la orilla? o ¿en aguas más profundas?
¿Dónde estás? ¿a dónde quieres ir?
En Aguas Más Profundas dependerás de Dios, porque la pesca no se trata de tus esfuerzos, se trata de tu dependencia de Dios.
En Aguas Más Profundas tu fe aumentará al navegar confiadamente donde tu pie no encuentra piso.
En Aguas Más Profundas caminarás lleno del Espíritu Santo al beber de la única agua que calma la sed.
Oremos:
Amado Padre celestial, decido ir a las Aguas Más Profundas de tu amor, no me quiero sumergir solo un poco quiero nadar en el rio de tu Espíritu, solo allí puedo confiar, depender de ti y caminar lleno del Espíritu Santo y tener una pesca abundante.
En el precioso nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amén